16 de noviembre de 2015

Alcoholismo y salud

El alcoholismo es una enfermedad que consiste en una adicción desmedida por las bebidas alcohólicas, a menudo combinada con otras enfermedades. Según la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) los pacientes alcohólicos suelen presentar hasta en un 80 % de los casos otros trastornos psiquiátricos asociados y, por lo tanto, ser considerados como pacientes con patología dual. El alcohólico no tiene control sobre los límites de su consumo, el cual va en aumento a medida que se desarrolla tolerancia a esta droga.

La Organización mundial de la salud informa de los siguientes trastornos derivados del consumo excesivo de alcohol:
“El consumo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos. Está asociado con el riesgo de desarrollar problemas de salud tales como trastornos mentales y del comportamiento, incluido el alcoholismo, importantes enfermedades no transmisibles tales como la cirrosis hepática, algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares, así como traumatismos derivados de la violencia y los accidentes de tránsito. (...)
Una proporción importante de la carga de morbilidad y mortalidad atribuibles al uso nocivo del alcohol corresponde a los traumatismos, sean o no intencionados, en particular los resultantes de accidentes de tránsito, actos de violencia y suicidios.
Generalmente el alcoholismo está asociado a otros problemas de salud mental, cuyos dependientes tratan de solapar mediante la ingesta de alcohol, lo cual agrava estos problemas, ya que al desinhibir a la persona esta puede mostrarse más agresiva.

Actualmente no existe una posible cura para esta enfermedad, sin embargo muchos alcohólicos se mantienen sobrios por periodos de tiempo prolongados de acuerdo a su voluntad y compromiso para vencer esta enfermedad. Pero es innegable que para que un adicto al alcohol pueda recibir tratamiento y llegar a una posible recuperación, primero tiene que aceptar su condición de dependencia al licor. Los tratamientos sueles ser difíciles e ineficaces, convirtiéndose en personas de muy difícil solución y convivencia.


De hecho se considera como una enfermedad incurable, progresiva y mortal por la Asociación de Médicos de los EE.UU. (American Medical Association) La Organización Mundial de la Salud, lo determina como: "toda forma de embriaguez que excede el consumo alimenticio tradicional y corriente o que sobrepasa los linderos de costumbres sociales..." La dependencia al alcohol puede resultar de una predisposición genética, de algunas enfermedades mentales, de costumbres abusivas o de una combinación de estos factores.

A partir de que el Alcoholismo fue declarado por la OMS como "Una enfermedad de difícil tratamiento, progresiva y mortal por las consecuencias" a mediados del siglo pasado, ha quedado completamente claro que, como tal, puede manifestarse en cualquier persona, sin importar edad, sexo, religión o posición socio-económica (aunque algunos de estos factores, como la religión, pueden ayudar a su control y abstinencia); que finalmente habrá de llevar a la muerte a quien la padece. Antes de que la muerte ocurra, la persona enferma, empieza a sufrir una serie de deterioros en todos los departamentos de su vida, como son, el personal, familiar y socio-económico, se presentan serias afectaciones en el aspecto físico, y mental; llegando finalmente a la muerte si la enfermedad no es detectada, detenida y tratada de forma adecuada. Una situación muy peculiar de esta enfermedad es que no puede ser detenida si el enfermo no tiene la disposición total de ser ayudado.

En comparación con otras drogas, el alcohol es bastante peligroso, adictivo y dañino para la salud, superando a otras drogas ilegales como la marihuana.


«Rational scale to assess the harm of drugs (mean physical harm and mean dependence)-es» de Rational_scale_to_assess_the_harm_of_drugs_(mean_physical_harm_and_mean_dependence).svg: Apartmento2derivative work: Osado (talk) - Rational_scale_to_assess_the_harm_of_drugs_(mean_physical_harm_and_mean_dependence).svg. Disponible bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Rational_scale_to_assess_the_harm_of_drugs_(mean_physical_harm_and_mean_dependence)-es.svg#/media/File:Rational_scale_to_assess_the_harm_of_drugs_(mean_physical_harm_and_mean_dependence)-es.svg

Abuso y dependencia

Según la Asociación Americana de Psiquiatría (APA en sus siglas en inglés), el consumo moderado corresponde a media onza de alcohol diario.

  • Se considera abuso de alcohol cuando se excede esta cantidad recomendada, especialmente si se derivan problemas de ello. “El abuso de alcohol es un patrón de consumo de bebidas que deriva en consecuencias adversas importantes y recurrentes. Las personas que abusan del alcohol pueden no cumplir con sus obligaciones importantes en la escuela, el trabajo o la familia. Pueden tener problemas legales relacionados con el consumo de alcohol, como repetidos arrestos por conducir bajo los efectos del alcohol. Pueden tener problemas de relación asociados con la bebida.”
  • Dependencia de alcohol, es la pérdida del control de su consumo. “Las personas dependientes del alcohol a menudo no pueden dejar de tomar una vez que comienzan. La dependencia del alcohol se caracteriza por la tolerancia (la necesidad de tomar más para lograr la misma euforia) y el síndrome de abstinencia si la bebida se interrumpe bruscamente. Los síntomas de abstinencia pueden incluir náuseas, sudoración, inquietud, irritabilidad, temblores, alucinaciones y convulsiones.”

Efectos del alcohol

Según la APA:
“Si bien algunas investigaciones sugieren que pequeñas cantidades de alcohol pueden tener efectos cardiovasculares beneficiosos, existe un consenso generalizado de que tomar mucho puede provocar problemas de salud.
Los efectos a corto plazo incluyen pérdida de memoria, resaca y amnesia alcohólica. Los problemas a largo plazo asociados con el consumo excesivo de alcohol incluyen trastornos estomacales, problemas cardíacos, cáncer, daños cerebrales, pérdida de memoria grave y cirrosis hepática. Los bebedores empedernidos también aumentan de forma notoria sus posibilidades de morir debido a accidentes automovilísticos, homicidios y suicidios”, debido en buena parte al efecto depresivo del alcohol.
No obstante hay que distinguir entre los efectos de un consumo moderado y los de un consumo excesivo. El moderado puede ser beneficioso incluso para la salud, pero el excesivo resulta letal.
En la siguiente tabla se nos informa de ambos:




«Possible long-term effects of ethanol-spanish» de Possible_long-term_effects_of_ethanol.png: Mikael Häggströmderivative work: Mistwalker7 (talk) - Possible_long-term_effects_of_ethanol.png. Disponible bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Possible_long-term_effects_of_ethanol-spanish.png#/media/File:Possible_long-term_effects_of_ethanol-spanish.png

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26 de octubre de 2015

ALCOHOLISMO Y SOCIEDADES

El alcohol, sustancia psicoactiva con propiedades causantes de dependencia, se ha utilizado ampliamente en muchas culturas durante siglos. El consumo nocivo de alcohol conlleva una pesada carga social y económica para las sociedades.

El alcohol afecta a las personas y las sociedades de diferentes maneras, y sus efectos están determinados por el volumen de alcohol consumido, los hábitos de consumo y, en raras ocasiones, la calidad del alcohol. En 2012, unos 3,3 millones de defunciones, o sea el 5,9% del total mundial, fueron atribuibles al consumo de alcohol.

El consumo nocivo de alcohol también puede perjudicar a otras personas, por ejemplo, familiares, amigos, compañeros de trabajo y desconocidos. Asimismo, el consumo nocivo de alcohol genera una carga sanitaria, social y económica considerable para el conjunto de la sociedad.

El consumo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos. Está asociado con el riesgo de desarrollar problemas de salud tales como trastornos mentales y de comportamiento, incluido el alcoholismo, importantes enfermedades no transmisibles tales como la cirrosis hepática, algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares, así como traumatismos derivados de la violencia y los accidentes de trafico.

Una proporción importante de la carga de morbilidad y mortalidad atribuibles al uso nocivo del alcohol corresponde a los traumatismos, sean o no intencionados, en particular los resultantes de accidentes de tráfico, actos de violencia y suicidios. Además, los traumatismos mortales atribuibles al consumo de alcohol tienden a afectar a personas relativamente jóvenes.

Recientemente se han establecido relaciones causales entre el consumo nocivo y la incidencia de enfermedades infecciosas tales como la tuberculosis y el VIH/sida. El consumo de alcohol por parte de una embarazada puede provocar síndrome alcohólico fetal y complicaciones prenatales.

FACTORES QUE INFLUYEN EN EL CONSUMO DE ALCOHOL Y LOS DAÑOS RELACIONADOS CON EL ALCOHOL

Tanto en el plano individual como en el social, se han identificado diversos factores que influyen en los niveles y hábitos de consumo de alcohol, así como en la magnitud de los problemas relacionados con el alcohol en las comunidades.

Los factores ambientales incluyen el desarrollo económico, la cultura y la disponibilidad de alcohol, así como la globalidad y los niveles de aplicación y cumplimiento de las políticas pertinentes. Para un nivel o hábito de consumo dado las vulnerabilidades de una sociedad podrían tener efectos diferenciales similares a los producidos en diferentes sociedades.

Si bien no existe un único factor de riesgo dominante, cuanto más factores vulnerables converjan en una persona, más probable será que esa persona desarrolle problemas relacionados con el alcohol como consecuencia de su consumo.

Los efectos del consumo de alcohol sobre los resultados sanitarios crónicos y graves de las poblaciones están determinados, en gran medida, por dos dimensiones del consumo de alcohol separadas, aunque relacionadas, a saber:

el volumen total de alcohol consumido, y las características de la forma de beber.
El contexto de consumo desempeña un papel importante en la aparición de daños relacionados con el alcohol, en particular los asociados con los efectos sanitarios de la intoxicación alcohólica y también, en muy raras ocasiones, la calidad del alcohol consumido.

El consumo de alcohol puede tener repercusiones no sólo sobre la incidencia de enfermedades, traumatismos y otros trastornos de salud, sino también en la evolución de los trastornos que padecen las personas y en sus resultados.

En lo que respecta a la mortalidad y la morbilidad, así como a los niveles y hábitos de consumo de alcohol, existen diferencias entre los sexos. El porcentaje de de funciones atribuibles al consumo de alcohol entre los hombres asciende al 7,6% de todas las defunciones, comparado con el 4% entre las mujeres.

En 2010, el consumo total de alcohol per cápita en todo el mundo registró un promedio de 21,2 litros de alcohol puro entre los hombres, y 8,9 litros entre las mujeres.

FORMAS DE REDUCIR LA CARGA DEL CONSUMO NOCIVO DE ALCOHOL

Los problemas sanitarios, de seguridad y socioeconómicos achacables al consumo de alcohol se pueden reducir eficazmente mediante medidas aplicadas al grado, las características y las circunstancias en que se produce la ingestión, así como a los determinantes sociales de la salud.

Compete a los países la responsabilidad principal de formular, aplicar, vigilar y evaluar políticas públicas para disminuir el consumo nocivo de alcohol. Los formuladores de políticas tienen a su disposición un acervo considerable de conocimientos científicos en torno a la eficacia y la costoeficacia de las siguientes estrategias:

regular la comercialización de las bebidas alcohólicas (en particular, la venta a los menores de edad);
regular y restringir la disponibilidad de bebidas alcohólicas;
promulgar normas apropiadas sobre la conducción de vehículos en estado de ebriedad;
reducir la demanda mediante mecanismos tributarios y de fijación de precios;
aumentar la sensibilización y el apoyo con respecto a las políticas;
proporcionar tratamiento accesible y asequible a las personas que padecen trastornos por abuso del alcohol;
poner en práctica programas de criba e intervenciones breves para disminuir el consumo peligroso y nocivo de bebidas alcohólicas.

RESPUESTA DE LA OMS

La OMS persigue la finalidad de reducir la carga de morbilidad causada por el consumo nocivo de alcohol y, en consecuencia, salvar vidas, prevenir traumatismos y enfermedades y mejorar el bienestar de las personas, las comunidades y la sociedad en su conjunto.

La OMS pone el acento en la elaboración, comprobación y evaluación de intervenciones rentables contra el consumo nocivo de alcohol, así como en la generación, recopilación y divulgación de información científica acerca del consumo y la dependencia del alcohol con las consiguientes consecuencias sanitarias y sociales del caso.

En 2010, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó una resolución en la que hace suya la estrategia mundial para reducir el uso nocivo del alcohol y por la que insta a los países a que fortalezcan las respuestas nacionales a los problemas de salud pública causados por dicho uso.

La estrategia mundial para reducir el uso nocivo del alcohol representa un compromiso colectivo de los Estados Miembros de la OMS para aplicar constantemente medidas enderezadas a reducir la carga mundial de morbilidad causada por el consumo nocivo. La estrategia incluye políticas e intervenciones de base científica que pueden proteger la salud y salvar vidas si se aplican correctamente.

También incluye una serie de principios por los que debe guiarse la elaboración y ejecución de las políticas; además, establece las esferas prioritarias para la actuación mundial, recomienda objetivos concretos del programa de acción nacional y otorga un sólido mandato a la OMS para que fortalezca las actuaciones a todos los niveles.

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11 de mayo de 2015

La enfermedad mental en el cine: ‘Augustine’, de Alice Winocour


La directora de cine Alice Winocour nació en París en 1976. Estudió en La FEMIS (Escuela Nacional Superior de imagen y sonido) y se especializó en la escritura de guiones. Ha dirigido varios cortometrajes que recibieron muchos premios, entre los cuales Kitchen (2005) y Home (2008). En 2011 dirigió Augustine su primer largometraje con Soko y Vincent Lindon, nominada en el Festival de Cannes en 2012.

Augustine (Soko) es una joven francesa de 19 años que trabaja como criada desde los catorce. La acción nos traslada al año 1885, concretamente a París. Una noche sirviendo una gran cena con muchos comensales tiene como una especie de crisis convulsiva y la llevan al hospital Pitié Salpêtrière, convirtiéndose en su conejillo de indias del profesor Jean-Martin Charcot, porque cree que posee todos los síntomas (ptosis palpebral, insensibilidad de un hemicuerpo, etc)  de una enfermedad neurológica que afecta sólo a mujeres y se llama histeria ovárica.

La debutante realizadora nos ofrece un trabajo de corte absolutamente clásico, con una fotografía muy elegante, y un buen montaje que hace llevadero su visionado. Desde el punto de vista argumental lo más destacable de este largometraje es el intento de descripción de las relaciones de poder entre médico-paciente, médico-instituciones (Academia de medicina) o hombre-mujer (nivel social y sexual). Unas más conseguidas que otras. Y eso nos lleva al principal problema de esta película, no tiene claro desde dónde narrarnos la acción, porque abre muchos frentes, luego es una propuesta que peca de ambiciosa.

En la primera mitad del largometraje queda patente que Winocour tiene claro que quiere ofrecernos una historia de mujeres y contada desde los ojos de una de ellas. Resulta un tanto innovador la introducción de cómo sienten las mujeres la histeria, la introducción de esas entrevistas en la que nos cuentan como notan que van a tener un ataque. Y todo parece apuntar a que la verdadera protagonista es Augustine. Busca por todos los medios que nos identifiquemos con ella, para que sintamos su ansiedad ante lo desconocido de su enfermedad. Esta parte es posiblemente lo mejor de esta cinta, ya que hay misterio alrededor de la protagonista y sus extraños síntomas, que se refleja en la ambientación gótica y deprimente del hospital mental. Enrocándose muy bien las imágenes con la música de Wojciech Kilar, concretamente del tema “La foto de Mina” pertenecientes originalmente a la banda sonora de Drácula de Coppola.

El argumento del filme se vuelve comercial

Pero de repente, gira todo, y trata de que nos identifiquemos con el personaje del profesor Jean-Martin Charcot (Vincent Lindon), eminente neurólogo francés, profesor de anatomía patológica, titular de la cátedra de enfermedades del sistema nervioso, miembro de la Academia de Medicina, que existió en la realidad. Porque lo que le interesa súbitamente es su obsesión por encontrar una solución a esta enfermedad. A lo que suma, la historia de amor, porque acabará sintiendo más cosas por su nueva y espectacular paciente. Ahondando inclusive en las relaciones con las mujeres que le rodean, con lo que incluimos a un personaje que tendría mucho que aportar al desarrollo dramático pero que queda totalmente desdibujado, hablamos de la mujer de Charcot (Chiara Mastroianni).

Así queda totalmente diluido el arco en el que Augustine nos tiene que demostrar que pasa de ser una persona ingenua y llena de miedos, a poseer una personalidad sólida y que juega sus armas de mujer. Su realizadora no acaba de contar bien este viaje que está muy perfectamente  interpretado por la cantante francesa Soko. Así el juego de transferencias que tiene lugar en la relación entre Charcot y Augustine no queda claro, y no vemos que exista en algún momento química real entre ambos personajes. Encima Winocour quiere jugar en el terreno de Cronenberg y Un método peligroso. Pero no sólo se precisa de música, hay que tener algo más, como por ejemplo una marcada personalidad, para poder ofrecer sin que te rechinen los dientes un universo mórbido en un ambiente victoriano y ofrecernos algo más que un drama gótico romántico arropado por los bellos temas de la compositora Jocelyn Pook que rebosa aires de comercialidad.



Reparto: Vincent Lindon, Soko, Chiara Mastroianni, Olivier Rabourdin, Roxane Duran, Lise Lamétrie, Sophie Cattani, Grégoire Colin, Ange Ruzé.

9 de marzo de 2015

Cine y enfermedad mental: “Una mente maravillosa”

Basada en la novela homónima de Silvia Nasar, acerca de la carrera personal y profesional del matemático y Nóbel de economía John Nash, la película relata los problemas que este tuvo con la esquizofrenia, lo que no fue obstáculo para el desarrollo de sus teorías matemáticas y de juegos, exitosamente aplicadas a la economía.

Escrita por Akiva Goldsman y dirigida por Ron Howard, la película relata cómo Nash (interpretado por Russell Crowe), un estudiante y posteriormente profesor de matemáticas en la Universidad de Princeton encuentra en una alumna (interpretada por Jenniffer Connelly) el amor de su vida, mientras lucha contra su esquizofrenia, al punto de haber convivido con personas que no eran reales, un compañero de piso y su sobrina pequeña, y creer haber participado en una misión secreta contra los soviéticos. La película muestra las dificultades de convivencia de la pareja, debida a la esquizofrenia, pero también a la lucha del protagonista por superar su enfermedad, hasta el punto de ser galardonado con el premio Nóbel de economía gracias a su teoría de juego de suma > 0, agradeciendo a su esposa su paciencia y su permanencia a su lado hasta haberse superado.

Con un Óscar a la mejor película de 2001, ha sido sin embargo criticada por el propio Nash debido a algunas diferencias con su vida real, pero sin embargo Nash reconoce el interesante impacto de esta película en la sociedad para mostrar y concienciar al mundo de los problemas que conlleva la esquizofrenia.

Bibliografía

Wikipedia:
http://es.wikipedia.org/wiki/A_Beautiful_Mind

El Mundo:
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/02/25/ciencia/1203963248.html

23 de febrero de 2015

LITERATURA Y SALUD MENTAL

Literatura y enfermedades mentales. Son muchos los casos de escritores que han padecido algún tipo de enfermedad mental, como fueron Robert E. Howard, H.P. Lovecraft, Yukio Mishima..., o John Kennedy Toole.

Una madre desolada por el suicidio de su hijo se planta frente a un escritor para darle el manuscrito de su vástago. El escritor en principio no hace mucho caso pero un día, obedeciendo a las insistentes llamadas de la desolada madre, comienza a leer esas páginas mecanografiadas y no puede dejar la lectura hasta que lee la palabra FIN. El libro titulado La conjura de los necios se publica en 1980 y el autor recibe a título póstumo el premio Pulitzer del año 1981, triste final para la historia si tenemos en cuenta que Kennedy Toole se suicidó ante las continuas negativas que sufrió su novela en todas las editoriales a las que la presentó.

En nuestra búsqueda de nuevas vías hacia la enfermedad mental hemos considerado de gran interés el incluir en nuestra página una breve recopilación de escritores, que aquejados en su mayoría de un sufrimiento que hoy catalogaríamos -de manera acertada o no- como enfermedad mental, nos han dado su propia, compleja y enriquecedora visión del ser humano que sufre.

A continuación algunos célebres autores con enfermedades mentales:
 
Leo Tolstoy

Guerra y paz y Ana Karenina todavía se consideran obras maestras de la literatura rusa. Tolstoi escribió un libro para poder explorar su propia tendencia a la depresión  a modo de confesión. Al llegar a la edad madura, su depresión empeoró. Estaba demasiado preocupado por su éxito, y comenzó a donar sus posesiones.
 
Ernest Hemingway

Hemingway es conocido como un brillante autor ganador del Premio Nobel por la obra El Viejo y el Mar. Él mismo dijo que sufrió de depresión, trastorno bipolar, que tenía rasgos de la personalidad  límites y narcisistas, y más tarde sufrió psicosis. En lugar de acercarse a los médicos en busca de ayuda, Hemingway infamemente se auto medicaba con alcohol. Tuvo varios comportamientos de alto riesgo, tales como la pesca de altura o esquivando balas como corresponsal de guerra. Su árbol genealógico estaba poblado con familiares que sufrían de depresión.

Philip K. Dick

Dick es quizás el más visionario escritor del siglo pasado. Sus obras se encuentran los clásicos de ciencia ficción más adaptados en la historia del cine reciente. Películas como Blade Runner, The Minority Report y Total Recall, son sólo tres de las historias ingeniosas adaptadas de sus novelas y cuentos que escribió.
Cuando era adolescente, Dick sufría de vértigo. A medida que crecía, había señales de esquizofrenia, como alucinaciones visuales y auditivas. Fue hospitalizado, pero de alguna manera se las arregló para seguir escribiendo. El mismo contó como sintió una vez que había un rayo de luz de color rosa que se transmitía directamente a su conciencia.
 
Franz Kafka

Kafka escribió en un estilo completamente original de explorar ideas existenciales sobre la vida. El juicio y La metamorfosis son dos de sus cuentos más conocidos. Kafka era un solitario, un genio, que sufría de ansiedad social y depresión. Trabajó en la sombra en una compañía de seguros en Praga, donde se dio cuenta de que la vida estaba vinculada por la inútil burocracia. Se pensó que su depresión provino de tener sólo un puñado de sus obras publicadas durante su vida. También sufría de migrañas e insomnio provocado por el estrés de trabajar tan duro en la escritura a veces poco reconocida.

Virginia Woolf

La señora Dalloway y Al faro son dos de las obras más conocidas de Wolf. Ella era propensa a sufrir ataques de nervios cuando tenía veinte años. Se cree que fueron provocados por el trauma del abuso sexual que sufrió en su infancia. Después de terminar su última novela, Wolf cayó gravemente en una depresión. La pérdida de su casa en Londres durante la Segunda Guerra Mundial, contribuyó a empeorar su salud mental. En 1941, llenó sus bolsillos con piedras, se metió en un río cerca de su casa y se ahogó.
 
Sylvia Plath

La muerte era un tema recurrente en los poemas de Plath. A veces, la muerte significaba “la muerte y el renacimiento, y a veces ella escribió sobre “la muerte como un fin.” Sus poemas tienen títulos como Muerto o Cadáver. Plath era conocida entre sus colegas por significativos cambios de humor, junto con los problemas de control de impulsos. Cuando aún estaba en la universidad, ella trató de suicidarse varias veces. En 1963 se suicidó metiendo la cabeza dentro de un horno.
 
Ezra Pound

T.S. Eliot escribió que Pound era el poeta más responsable de la revolución del siglo XX en la poesía. Pound fue un poeta brillante y un abierto crítico de la política estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial. Fue ingresado en un hospital para criminales dementes, tras ser detenido en 1945 por traición.
Durante su estancia de 13 años, sufría trastorno de la personalidad narcisista. En otro momento de su vida, también fue diagnosticado con esquizofrenia.

Edgar Allan Poe

En el año 1849, se encontró al escritor Edgar Allan Poe, el padre de los cuentos de terror,  vagando por las calles vestido con ropas que no eran suyas. Tras ser ingresado en un hospital mental, murió a los pocos días de inflamación cerebral, que venía a ser el eufemismo del consumo excesivo de drogas y alcohol en aquella época.

F. Scott Fitzgerald

El creador de El gran Gatsby padecía de depresión, y así lo reflejó en sus ensayos publicados en la revista Esquire, que escribió mientras experimentaba esta enfermedad mental. Textos como «The Crack-Up», «Handle with Care» y «Putting It Together» reflejan sentimientos oscuros y de desolación que Fitzgerald vivió en carne propia mientras escribía que «odiaba la noche y el día»,  y se refería a sí mismo como un «plato roto».
 
Hermann Hesse

Niño problemático, tuvo que ir de escuela en escuela al tiempo que lidiaba con la depresión que le apareció desde pequeño y lo atacaría de por vida, haciéndose presente como melancolía, llanto o dolores de cabeza. Tanto miedo llegó a tenerle a esta enfermedad que cuando murió su mamá no quiso asistir al funeral por temor a que empeoraran sus episodios depresivos.
 
Kurt Vonnegut

El autor de Matadero cinco padeció de enfermedades mentales, aunque no se tiene claro si fue esquizofrenia, desorden bipolar o trastorno de estrés postraumático, debido a que fue prisionero durante la Segunda Guerra Mundial. Lo cierto es que en varias ocasiones tuvo recaídas o episodios. Contaba con una larga historia familiar de enfermedades mentales que su hijo Mark heredó. En Desayuno de campeones habla sobre su enfermedad y la duda de no saber si la padece: «I mouthed the word: schizophrenia. The sound and appearance of the word had fascinated me for years—I did not and do not know for certain that I have that disease—I was sick for awhile, though. I am better now».
 
David Foster Wallace

Se ahorcó el 12 de diciembre de 2008, con 46 años. El narrador y ensayista que poetizó sobre el malestar de un tiempo donde los medios audiovisuales se han constituido en criterio de realidad, propiciando la deshumanización y la disgregación social, luchó durante dos décadas contra una bipolaridad con predominancia de las tendencias depresivas. Durante mucho tiempo, la fenelzina le mantuvo estable, pero los efectos secundarios (disquinesias faciales, inhibición sexual, sobrepeso, pérdida de reflejos) le hicieron abandonar la medicación. Al poco de interrumpir el tratamiento, la depresión regresó con toda su ferocidad. Se ensayaron nuevos tratamientos, sin conseguir una remisión. Finalmente, venció la tristeza, sembrando la consternación entre sus amigos y familiares, que contemplaron su muerte con una mezcla de estupor, rabia y fatalismo.
 
Robert Walser

En 1929, Walser entró en la clínica psiquiátrica de Waldau, en Berna, donde seguiría escribiendo. Dejó de hacerlo hacia 1933, al ser llevado a la clínica psiquiátrica de Herisau (Suiza), contra su voluntad. Estará recluido hasta la navidad de 1956, ese 25 de diciembre le encuentran muerto sobre la nieve en los alrededores del manicomio.

La salud mental en el trabajo

Definición

Antes de hablar acerca de la salud mental en el trabajo, debemos acercarnos a definirla. La salud mental es entre otras cosas:
  • Un estado de salud, ánimo y afectos favorable.
  • Un proceso indicativo de una conducta de afrontamiento eficaz.
La Real Academia española define la salud como un estado del organismo en que este realiza con normalidad y eficiencia todas sus funciones.

Más interesante al respecto resulta la definición de Wikipedia, según la cual “Salud mental es, en términos generales, el estado de equilibrio entre una persona y su entorno socio-cultural que garantiza su participación laboral, intelectual y de relaciones para alcanzar un bienestar y calidad de vida.”


Por su parte la Organización Mundial de la Salud define la salud mental como un estado de bienestar, sobre otras cosas:

“La salud mental se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.”

La salud mental viene determinada por el entorno, tanto fuera como dentro del campo profesional, y por las características del propio individuo.



Estrés

  
Factores estresantes:

  
  • Ambigüedad de las funciones.
  • Conflictos:
  • De funciones
  • Con empleados
  • Anteriores (recuerdos traumáticos)  
  • Discriminación  
  • Sobrecarga de trabajo  
  • Entorno hostil o mal ambiente de trabajo.
Nótese que estos factores son semejantes a los que desencadenan problemas con los estudios.



Perjuicios que puede producir:

  • Historia laboral limitada.
  • Inestabilidad en el empleo.
  • Desempleo
  

Síntomas

  • Estrés
  • Impuntualidad
  • Absentismo
  • Bajo rendimiento, que puede ser motivo de despido
  • Depresión
  • Ansiedad, que puede culminar en una crisis de ansiedad.
  • Baja tolerancia a bromas o insultos.
  

SOLUCIONES

Algunas personas creen que los individuos con enfermedad mental no son aptos para el trabajo y ni siquiera para la vida cotidiana, lo cual se ha demostrado falso.  
Según la fundación “Empleo y Salud Mental” de la asociación FEAFES, las personas con trastornos mentales pueden trabajar y además es beneficioso para su salud.

El trabajo es un mecanismo de inclusión, facilita el desarrollo de las relaciones sociales, así como la participación en muchos otros aspectos de ejercicio de derechos ciudadanos (participación política, en asociaciones cívicas, etc.)


El Secretario de Estado deservicios Sociales e Igualdad ha manifestado su apoyo a la integración de personas con trastorno mental.


El mundo empresarial tiene un interés creciente por las personas con discapacidad.

  
  

Actitud frente a los problemas de salud mental

A nivel colectivo y de organización se deben fortalecer los factores protectores y disminuir los factores de riesgo.

La más importante es la prevención, que corre a cargo de la empresa y del individuo.

La empresa:
  • Debe mantener activa a la persona.
  •  Debe orientar acciones y estrategias hacia el empoderamiento, la participación y la posibilidad de elegir de los trabajadores.
  • Ergonomía en el puesto de trabajo:
  • Eliminar o reducir riesgos del entorno (por ejemplo, aislando acústicamente las oficinas)
  • Uso de monitores que no desgasten la vista
  • Iluminación
  • Turnos de descanso y vacaciones.
  • Debe permitir la participación activa de los trabajadores en las decisiones de la empresa.
  • Debe definir claramente las funciones y responsabilidades de los trabajadores.
  • Debe insertar programas de conciliación de vida laboral y profesional (por ejemplo mediante la inclusión de jornada intensiva para los empleados con hijos a su cargo)
  • Promover el respeto y evitar actitudes despectivas o discriminatorias.
  • Gestionar adecuadamente la carga de trabajo.
  • Promover la formación continua.
  • Disponer de procedimientos para la resolución de conflictos.
  • Reconocer el trabajo y la contribución de los trabajadores.
La persona:
  •  Debe mejorar la capacidad de afrontamiento:
  • Medicación 
  • Técnicas de relajación
  • Uso de la enfermería del centro de trabajo
  • Debe tratar de rehabilitarse laboralmente.
Concretamente hablaré de la psicosis, desde mi experiencia personal.


  

 Fuentes de información utilizadas:

9 de febrero de 2015

Empleo y Salud Mental




Un buen empleo genera salud, previene problemas de salud mental y ayuda a las personas con enfermedad mental a recuperarse.
El desarrollo y mantenimiento de un buen entorno de trabajo promociona y protege la salud mental de las personas que trabajan en él. Asimismo, en caso de padecer una enfermedad mental, estar en el trabajo, en particular en un buen trabajo, brinda a las personas apoyo y acompañamiento en su proceso de recuperación. Y, cuando se trata de personas con enfermedad mental grave, la actividad laboral, además de constituir un derecho ciudadano, contribuye de manera decisiva a favorecer su inclusión social.
En este apartado se incluye información y acciones dirigidas a promover la salud en los lugares de trabajo (que incluirá próximamente una nueva herramienta para afrontar el estrés laboral), a ayudar a las personas con trastornos mentales leves y moderados a mantener su empleo y a posibilitar la integración laboral de personas con trastorno mental grave.

2 de febrero de 2015

Trastorno de salud mental y el autoestigma

Definición de Trastorno Mental

Se conoce como trastorno mental al síndrome o a un patrón de carácter psicológico sujeto a interpretación clínica que, por lo general, se asocia a un malestar o a una discapacidad. En este marco, resulta interesante destacar que una enfermedad de tipo mental es aquella que se produce a raíz de una alteración que repercute sobre los procedimientos afectivos y cognitivos del desarrollo, la cual se traduce en dificultades para razonar, alteraciones del comportamiento, impedimentos para comprender la realidad y para adaptarse a diversas situaciones.

Resulta importante mencionar que los trastornos mentales pueden ser consecuencia de factores biológicos (ya sean de orden genético, neurológico u otros), ambientales o psicológicos. Por eso requieren de un abordaje multidisciplinario enfocado a mejorar la calidad de vida del sujeto.

La persona con enfermedad mental debe afrontar una doble dificultad para recuperarse: la enfermedad en sí y los prejuicios y discriminaciones que recibe por padecerla. Es el estigma social, una carga de sufrimiento que incrementa innecesariamente los problemas de la enfermedad y constituye uno de los principales obstáculos para el éxito del tratamiento y de la recuperación.

El auto estigma

Una de las consecuencias más graves de la discriminación es la creación del auto estigma. Los prejuicios en muchos casos afectan al enfermo o la enferma hasta el punto que los asumen como verdaderos y pierden la confianza en su recuperación y en sus capacidades para llevar una vida normalizada. 

Estereotipos y prejuicios acaban por instalarse en la persona, que asume esas actitudes marginadoras y se auto discrimina. Se generan así reacciones emocionales negativas, se pierde la sensación de dominio sobre su situación personal, incapaz de buscar trabajo o vivir de forma independiente, y es posible que ni siquiera lo intente. Ello le puede llevar a fracasar en su tratamiento, y rechazar más la enfermedad mental que los familiares o el personal de los servicios de salud mental que le atiende.